martes, 27 de julio de 2010

Tarde negra que le cambió la vida

Eusebio Acasuzo, tras el 4 a 2 del 85

“A partir de ese partido la gente me empezó a ver con otros ojos” recuerda Eusebio Acasuzo sobre aquella ingrata tarde que tuvo cuando la selección peruana enfrentó a Chile por el repechaje de las eliminatorias en 1985. Han pasado ya 25 años de aquel partido, pero todavía es un duro recuerdo en la mente del 'Chevo'. Se toma las manos y se soba el rostro como queriéndose limpiar algún mal rezago de aquel recuerdo. En su carrera como arquero de selecciones peruanas hay un antes y un después de ese partido jugado en el Estadio Nacional de Santiago. El resultado final fue 4 a 2 para los del sur. Todavía le quedaba el partido de vuelta a jugarse en Lima. Una última oportunidad para la selección de seguir peleando un cupo para el mundial México 86. Una última oportunidad que 'Chevo' Acasuzo nunca tuvo.

Hasta ese momento era el titular indiscutible del arco peruano, inclusive había sentado a un reconocido portero ex mundialista como Ramón Quiroga. Sus buenas actuaciones en la etapa de amistosos y durante el proceso eliminatorio lo habían hecho un arquero que la prensa y la afición pedían a gritos. Estaba en su mejor momento, había firmado por un club extranjero y era el mejor golero del torneo peruano. Frente a Argentina había tenido una muy buena actuación en Buenos Aires salvando a Perú de lo que pudo ser una derrota. A pesar de no haber conseguido el objetivo de clasificar, Perú veía muy buenas sus posibilidades de ganar el cupo para el mundial azteca. Nada hacia presagiar el fatal desempeño de Eusebio Acasuzo. ¿Qué había pasado con el mejor arquero peruano de aquel tiempo? ¿Se podía un arquero dejar hacer tres goles tan fácilmente en menos de 20 minutos? Fue lo que trató de responder Eusebio “Chevo” Acasuzo en el 2010.

Hoy con 56 años ya tiene algunas arrugas y canas propias de la vejez. Sin embargo, todavía conserva el porte delgado y atlético que lo caracterizaba en aquella época. Eusebio, quien se retiró de la actividad profesional en 1987, ya ve sólo cómo un mal recuerdo aquella tarde. En su casa, sentado en una habitación llena de fotos de su época de futbolista, el ex portero no puede evitar sentirse algo fastidiado de hablar de ese tema. No es para menos, es por lo que más lo recuerda la gente. Frunciendo un poco la frente, y con un tono desganado Acasuzo reflexiona por milésima vez lo ocurrido en el partido de Santiago. Luego de varios años siente que lo que pasó ese día fue simplemente una mala tarde y punto. “En verdad de los tres goles que me hicieron, yo me como solo uno. El segundo que fue una pelota que debí agarrar, pero se me resbaló de la mano”.

En su momento, lo que pasó después del partido fue un difícil trance para el arquero “Yo no me podía explicar lo que me estaba pasando. Sólo habíamos jugado 20 minutos y me habían hechos 3 goles que hoy, creo me los pude haber tapado. Igual creo que la prensa se la agarró sólo conmigo cuando en el campo perdimos todos”.
Mientras repasa algunas fotos de unos albunes antiguos bien conservados de aquella época, opina que hoy en día grandes arqueros comenten errores peores que los que él cometió y nadie hace tanta bulla. Con voz crítica, cree que en ese instante la prensa necesitaba un culpable por la no clasificación directa al mundial y ese fue él. En su momento le llegó a tener repulsión a la prensa peruana, aunque no siempre la relación había sido así.

Empezó su carrera como arquero casi por casualidad. En su niñez jugaba de delantero en Huaral cuando un club de la región lo invitó a tapar por que le veían condiciones por su agilidad y rapidez. Aceptó como para probar y terminó siendo el mejor arquero del campeonato. Tenía 14 años y desde ese momento no soltaría el puesto de guardavallas. Su periplo profesional lo inició en el Unión Huaral en 1972. Con el equipo Huaralino llegó a campeonar en 1976. Luego dió el saltó hasta Universitario de Deportes en 1977. En un principio fue el suplente de Ramón Quiroga, pero con esfuerzo se supo ganar el titularato en 1979. Con los cremas se coronaría campeón nacional en 1982. Antes de iniciar el proceso eliminatorio del 85 fue contratado por el Bolívar de Bolivia. En el conjunto altiplánico fue campeón de la temporada 1986. La prensa elogiaba toda su carrera y veía en él al recambio seguro de Ramón Quiroga, quien ya estaba en sus últimos años

Mientras repasábamos sus fotos caímos en una de 1975. Era la selección peruana campeona de la Copa América de aquel año. Como para decir que la gente olvida fácilmente, Acasuzo había sido parte del plantel. “No llegué a ser titular pero jugué algunos partidos de aquella Copa, tenía solo 23 años y ya jugaba por la selección de mi país”. Es verdad, la memoria de la afición es débil, Eusebio era un arquero joven cuando debutó con la selección. El ex futbolista me muestra una nota antigua que decía como titular: “Joven Chevo llegará a ser el mejor arquero del Perú”. Nada podía anticipar que Acasuzo sería recordado ingratamente y no cómo el gran portero que decía el artículo.

Tras ser cambiado a los 25 minutos del primer tiempo, el portero se fue atónito a los camerinos. No gritó, no rompió nada, simplemente se quedo perplejo y sorprendido por su actuación. Lo que le esperaba en Lima era una avalancha de ataques en los que algunos periodistas lo acusaban de vendido y traidor. El Comercio de Octubre de 1985 recoge una declaración de “El tigre Navarro: “Ese tipo se vendió por que en Chile lo quiere contratar la (Universidad) Católica”. Sin embargo esto nunca se pudo probar. “Afortunadamente pude superar ese mal rato, pero sentir las miradas de la afición en aquella época fue difícil”.

Cuando la selección regresó a Lima, el principal blanco fue el portero nacido en Huaral. El cariño que recibía por sus buenas actuaciones se transformó en insultos a la llegada al aeropuerto. Por donde pasaba se escuchaban los improperios hacia los jugadores especialmente el Chevo. La afición peruana no le podía perdonar aquellos malditos veinte minutos en Santiago. “Felizmente esto fue sólo pasajero aunque debo reconocer que el cariño ya nunca volvió a ser el mismo”. La gente que antes lo recordaba por sus buenas tardes con el Huaral o con Universitario ahora piensa en aquella tarde de Chile cuando le nombran a Eusebio Acasuzo. Miguel Portanova, quien estuvo junto a la selección en Chile, mientras cubría para radio Ovación opina “Lo que le pasó fue convertirse de héroe en villano, pero los medios hicieron mucho escarnio de él. A la llegada el ambiente era muy hostil para con “Chevo”, él como era lógico no quiso hablar y eso empeoró la reacción de los medios. La carga fue tanta que hoy en día solo se acuerdan de la mala tarde de Acasuzo frente a Chile y se olvidaron que todavía quedaba un partido para darle vuelta al resultado”.

Acasuzo esperaba su revancha en el partido de Lima, pero Roberto Challe, técnico de aquella selección decidió colocar a Ramón Quiroga de titular. “Yo quería mi revancha, pero Challe no me dejó. Hasta ahora no me explicó porque no me puso de vuelta en el partido de Lima”. Challe, en una entrevista de 1989, diría que optó por Quiroga porque necesitaba de la experiencia del “loco” (Quiroga) para mantener el arco cerrado. Sin embargo el resultado fue otra derrota para Perú. Esta vez fue 1 a 0. Este partido significó el adiós definitivo de Eusebio Acasuzo de la selección peruana.

Luego de maltratarlo durante todo 1986, en 1987 la prensa se subió al éxito del portero huaralino. Con el Bolívar de la Paz había conseguido ser campeón nacional y fue considerado el mejor portero del torneo “Fue gracioso que la misma prensa que me atacó durante un año, ahora me buscara para entrevistarme por mi logro en Bolivia”. En esa época no había jugadores peruanos en el extranjero por lo que un triunfo en cualquier país era muy bien recibido por los medios. La torta se había volteado otra vez y los medios lo pedían de vuelta para la selección. El 'chevo', no obstante, tenía otra idea en mente.

“Lo de la prensa durante el año pasado me había desgastado bastante y ya estaba cansado mentalmente, no quería seguir tapando”. Ese año, 1987, Eusebio Acasuzo se retira de los campos de juego y decide avocarse en la nueva labor de entrenador de arqueros que cumple hoy en día.

Ahora cierra su álbum de fotos y concluye su historia por el fútbol. No se sabrá exactamente que pasó aquella tarde de 1985, tal vez ni el mismo Chevo lo sepa O quizás, si lo sabe es un secreto que se llevará a la tumba. Lo concreto es que tras ese partido el nombre de Eusebio Acasuzo es recordado ingratamente por la afición peruana

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